La música con sangre entra
Cuando vemos una película o asistimos a un concierto, no alcanzamos a apreciar todo el esfuerzo que hay detrás a no ser que conozcamos el sector. Por eso de entrada sorprende ver cómo algo tan placentero como la música genera sufrimiento en quien la produce, tal y como ocurre en Whiplash, la película escrita y dirigida por Damien Chazelle.
Miles Teller y J.K. Simmons en Whiplash. |
En Whiplash, Miles Teller interpreta a Andrew Neiman, un joven baterista de jazz cuya ambición explota Terence Fletcher, un profesor tan prestigioso como severo interpretado por un magnífico J.K. Simmons (un papel que le ha valido el Oscar al mejor actor de reparto, el Bafta y el Globo de Oro, entre otros). El nivel de exigencia de Fletcher es tan alto que no admite el menor titubeo y manipula a sus alumnos con insultos y amenazas. Teller, en su deseo de triunfar en la mejor orquesta de jazz, entra en su juego.
Damien Chazelle firma una película que se sostiene en la estupenda música y en las interpretaciones de Teller y Simmons, rotundos en la relación de dependencia, a mi entender tóxica, que establecen sus respectivos personajes. Además, Whiplash es una película claustrofóbica (gran parte del metraje se desarrolla en las paredes del conservatorio o de la habitación del baterista) y da la sensación de que está cerrada en sí misma: como un círculo vicioso, la película se basa en la estructura 'ensayo-tortura de Teller/reprimenda de Fletcher/nuevo ensayo-tortura/breve beneplácito de Flecther y nueva reprimenda y vuelta a empezar.
A pesar de que transcurre en un mundo elitista y civilizado como el de la música de alto nivel, Whiplash es una cinta salvaje. La dirección de Damien Chazelle, el montaje de los ensayos (centrado en primeros planos de las manos del baterista, su sudor y hasta su sangre), las interpretaciones de Simmons y Teller y la ausencia de humor convierten a Whiplash en un drama que oscila entre lo luminoso de la música y lo inquietante de un vínculo maestro-pupilo que roza la alienación. Aunque lo realmente turbador es el debate que genera: ¿Es necesario sufrir para triunfar? ¿Hasta donde llegaríamos por ser los mejores?
Whiplash. EE.UU., 2014. Dir.: Damien Chazelle. Int.: Miles Teller, J.K. Simmons, Melissa Benoist, Paul Reiser.
Web oficial: http://sites.sonypicturesreleasing.es/sites/whiplash/site/
¿Has visto Whiplash? ¿Crees que merece la pena el sacrificio de Andrew por alcanzar el éxito? ¿Consideras que el método de Fletcher es adecuado? Deja tus opiniones aquí o en Twitter: @jescolart Gracias por leer y comparte si te gusta.
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