lunes, 7 de septiembre de 2015

'Sinister' | Scott Derrickson

Super-8 macabro


Entre las cosas que más miedo me dan en una película están las cintas 'malditas' que alguien encuentra y que le llevan a la desgracia. Estoy de enhorabuena: en Sinister no hay uno, sino varios rollos de películas caseras que el pobre Ellison Oswalt (interpretado por Ethan Hawke) encuentra en un desván mientras busca material para escribir su próximo libro sobre crímenes.



Ethan Hawke en Sinister.

Scott Derrickson, director de Sinister, firma un filme extremadamente macabro (que no sanguinario) debido, precisamente, a esas cintas rodadas en formato Super-8. Tituladas como si recogieran escenas domésticas e inofensivas (Hora de dormir, Barbacoa, etc.), en realidad el metraje incluye asesinatos y barbaridades que dan muy, muy, muy mal rollo. Ellison las visiona horrorizado y empieza a preocuparse cuando su mujer y sus hijos se ven afectados por fenómenos paranormales. Sin embargo, no puede evitar sentirse fascinado por ese turbio hallazgo con el que espera enriquecerse cuando hable de él en su libro.

Sinister está por encima de la media de las películas de terror por la atmósfera malsana que construye alrededor de las cintas de Super-8. El aspecto vintage de las terribles imágenes que contienen y las circunstancias en las que han sido filmadas son el gran acierto de la película. Sin embargo, una vez Ellison apaga el proyector de cine con el que las ve, Sinister se convierte en una obra más convencional, con algún que otro susto del tipo 'alguien-pasa-por-delante-de-la-cámara'.

La pequeña de los Oswalt y su nuevo amiguito en Sinister.

La idea de maldad que hay detrás de Sinister (es decir, qué o quién es el villano) me parece original y el secreto está bien llevado a lo largo del metraje, aunque el desenlace me parece algo apresurado y los personajes secundarios (la esposa, los niños, el policía interpretado por James Ransone) apenas intervienen. Como contrapeso, la presencia del actor Ethan Hawke suma muchos puntos a la película, que se desarrolla en una casa aunque trata de alejarse del esquema habitual de los filmes de casas embrujadas.

Y lo consigue. Sinister es magnética y oscura. Se sostiene en la maldad implícita más que en el susto común (que también los hay). A pesar de contar con una conclusión un tanto abrupta, el desarrollo es sólido y produce una aprensión que se apoya en el poder de la imagen, en la potencia de unas simples cintas caseras como herramientas de atracción y espanto.

Sinister (EE.UU., 2012). Dir.: Scott Derrickson. Int. (voces): Ethan Hawke, James Ransone, Juliet Rylance, Vincent D'Onofrio.
 
Si has visto Sinister y quieres dejar tu opinión, te animo a que escribas más abajo o en Twitter: @jescolart ¡Gracias por leer y compartir!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejar tu comentario.