miércoles, 12 de agosto de 2015

'Pride' | Matthew Warchus

Más que un simple orgullo


Un grupo de activistas homosexuales en un pueblo minero conservador de Gales. No es el comienzo de un chiste, sino la premisa de una película humana y vital titulada Pride (Orgullo) y dirigida por el británico Matthew Warchus. La cinta transcurre en 1984, cuando la comunidad londinense LGTB recauda dinero para ayudar a los mineros en huelga contra el gobierno de Margaret Thatcher.


El colectivo LGTB protagonista de Pride.

Los sindicatos no aceptan la ayuda para no vincularse a un colectivo, el homosexual, mal visto en esa época, por lo que un grupo de gays y lesbianas decide viajar al pueblecito de Onllwyn para entregar el dinero en persona. Sin embargo, allí tampoco son muy bien recibidos y deben luchar contra las convenciones sociales para demostrar su valía y su deseo de colaborar en la causa minera.

El guión, firmado por Stephen Beresford, funciona de maravilla y lleva al espectador desde picos dramáticos hasta momentos de pura risa. El relato está construido a partir de escenas a veces duras, a veces sentimentales, de bondad y sencillez humana, con personajes que luchan por lo que creen mientras otros les amargan la vida por el mero hecho de ser diferentes.

Monica Dolan e Imelda Staunton en Pride.

Por suerte para el filme y para el espectador, Pride no se autolamenta, sino que recurre al humor y a la falta de complejos de forma que vitaliza la historia, la engrasa y la deja respirar. En lugar de ensimismarse en las injusticias vividas por los protagonistas, la película de Matthew Warchus convierte en cómicos los evidentes choques de mentalidad entre unos homosexuales urbanitas y unos rudos mineros, con mención especial para las mujeres de éstos, que hacen de enlace entre ambos mundos.

En Pride hay protagonistas, personajes a cuya peripecia se presta más atención que a otros, aunque está planteada como una película coral en la que hay individuos que tiran de la trama pero lo que importa es el desarrollo colectivo. Destacan las interpretaciones de Ben Schnetzer como el líder LGTB descarado, Monica Dolan como la mujer de pueblo con mentalidad avanzada, George MacKay como el joven que aún no ha salido del armario ante su familia y Bill Nighy como el representante conciliador de los mineros. Quizá estos personajes tienen un papel más relevante en la trama principal, pero todos los demás, con sus respectivas tramas secundarias, son imprescindibles.

Los personajes de Pride en Gales.

Aparte de todos los aspectos relativos a la historia, Pride destaca por la belleza de su filmación. Los asombrosos paisajes rurales de Gales (quitan el aliento de lo verdes, blancos, puros y grandiosos que son) se contraponen a un Londres desenfrenado, colorido y nocturno. La banda sonora también refleja estos contrastes con melodías hermosas mientras la acción se traslada a Gales y canciones disco de total desenfado ochentero (como Why? de Brosnki Beat) cuando se desarrolla en la noche londinense.



Pride es una película construida para tocar la fibra del espectador, transmitirle la alegría de vivir por muy mal que se presenten las cosas y los beneficios de unirse para conseguir un objetivo. El filme de Matthew Warchus podría haber derivado hacia un relato de corte político acerca de las tensiones sociales durante el mandato de Thatcher, pero el resultado (afortunadamente, para mí) es un mosaico de historias humanas que muestran que cada uno debe poder salir de su casilla para realizarse y ser respetado. Más que una película sobre el orgullo gay, es una película sobre la solidaridad. Cuando el personaje se desmaquilla o deja el pico y la pala, lo que queda al final es la persona y su afán de mejorar su entorno.

Pride. Reino Unido-Francia, 2014. Dir.: Matthew Warchus. Int.: Ben Schnetzer, Monica Dolan, George MacKay, Bill Nighy.

¿Has visto Pride? ¿Qué te parece esta película? Deja tus comentarios aquí debajo o en Twitter: @jescolart ¡Gracias por leer y compartir!

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