Inmensa historia de Italia y de su gente
Podemos saber nuestro nombre, nuestros apellidos y los de nuestros familiares más inmediatos. Pero ¿y si nos aventuramos en las ramas más altas de nuestros árboles genealógicos? ¿Quiénes eran nuestros antepasados? ¿Cómo vivieron su parcela de Historia? Hacerse con tanta información parece arduo, pero no es imposible, como demuestra Un sombrero lleno de cerezas, de la periodista italiana Oriana Fallaci, fallecida en 2006 a causa de un cáncer.
Se trata de una novela que narra la peripecia de una serie de personas que desde principios del siglo XVIII han ido encontrándose, entrelazándose y procreando hasta llegar al eslabón de la propia autora. En Oriana convergen cuatro apellidos (Fallaci, Launaro, Cantini y Ferrier). Cada rama de ese árbol está plagada de pequeñas historias cotidianas, pero contadas con un ardor, una belleza y una solidez que las convierten en épicas. En ellas concurren desde las alegrías del enamoramiento o el nacimiento, hasta la amargura de la muerte y otros giros del destino.
Un sombrero lleno de cerezas puede leerse como una Historia novelada de Italia, pues en el libro ocurren acontecimientos como la invasión napoleónica o el proceso de emancipación del país, con Garibaldi y el rey Víctor Manuel II de por medio. Estos hechos no son un mero telón de fondo, sino que influyen de forma decisiva en las vidas de los personajes del libro.
Al leer esta obra se percibe que detrás hay un trabajo de documentación exhaustivo, que no busca el mérito en hablar de grandes etapas y nombres históricos como si fuera un manual, sino que los traslada al día a día de los individuos que transitan por sus páginas, mostrando cómo les afectan las circunstancias y cómo les plantan cara.
El encanto del relato trabajado por Oriana Fallaci reside en la actitud de sus personajes/familiares frente al contexto en el que les ha tocado vivir. Si hubiera que definirlos en una palabra, sería 'luchadores'. Algunos lo son en sentido estricto, alistados en las filas napoleónicas o inmersos en el ardor revolucionario contra los austriacos. Otros lo son en el plano cotidiano, enfrentándose a batallas como aprender a leer y escribir, desafiando al orden establecido o evitando que los hijos mueran nada más nacer. Son pequeñas historias personales que, sumadas, constituyen la Historia de un país tan convulso en los siglos XVIII y XIX como Italia.
Amor, tragedia, humor, viajes. Un sombrero lleno de cerezas tiene todo eso, mezclado con una doble dosis de valentía. Por un lado, la que destilan los protagonistas. Por otro, la que demuestra Fallaci al acometer una obra de tal envergadura: ochocientas páginas de narración apretada y sin descanso, altamente documentadas y bellamente escritas. Una labor descomunal, tanto técnica como estética, que merece poner no cinco, sino cinco mil sentidos para disfrutarla. Inmensa. Al terminar de leerla, hasta surge el deseo de hurgar en las vidas de nuestros ancestros, ¡quizá nos llevemos alguna sorpresa!
Un sombrero lleno de cerezas (2008), de Oriana Fallaci. Título original: Un cappello pieno di ciliege. Traducido por Isabel Prieto Palomo. 840 páginas. Yo he leído la edición de La Esfera de los Libros de 2009.
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