lunes, 11 de enero de 2016

'Star Wars. Episodio VII: El despertar de la Fuerza' | J.J. Abrams

El vigor vuelve a una galaxia más bien cercana


Este artículo no estará completo sin escuchar primero esta canción. El estreno del Episodio VII: El despertar de la Fuerza era un momento que llevaba esperando desde que hace un par de años se anunció la continuación de la saga Star Wars. Esta séptima entrega, dirigida por J.J. Abrams no defrauda en absoluto (tuve la sonrisa puesta desde el minuto 1), aunque agradecería un poco más de originalidad y de lado oscuro. Aviso: tiene opinión, pero no spoilers.


Daisy Ridley y John Boyega en Star Wars. Episodio VII: El despertar de la Fuerza.

El despertar de la Fuerza es como volver a casa: un lugar conocido, cercano y agradable. Nos reencontramos con el trío original de actores protagonistas (Mark Hamill, Harrison Ford y Carrie Fisher) y con el espíritu del puro cine de aventuras, en el que los personajes no salen de un problema cuando ya se están metiendo en otro.

Star Wars recupera así el vigor y el desenfado de la trilogía original (episodios IV, V y VI): en todo el metraje apenas hay momentos de descanso. Si por algo se diferencia (y es criticada) la trilogía de las precuelas (episodios I, II y III) es por su desarrollo más lento, por su encorsetamiento en conflictos de salón, por la búsqueda de una trascendencia de la que El despertar de la Fuerza huye. El episodio VII es movimiento vertiginoso hacia delante, ¡imposible aburrirse!

Adam Driver en Star Wars. Episodio VII: El despertar de la Fuerza.

Ahora bien, yo hecho de menos un tono... ¿cómo decirlo? Más mítico. Me falta algo de esa esencia que hace que la saga de La guerra de las galaxias sea más que gente corriendo y naves disparando. Creo que la razón reside en que el villano (Kylo Ren, interpretado por Adam Driver), no me convence del todo: es cruel pero no da miedo. Habrá que esperar a ver cómo se desarrolla en los siguientes filmes. Ah, ¿dónde estás, Palpatine, cuándo te necesitamos? Eso sí que era un malo con los planetas bien puestos.

Carrie Fisher y Harrison Ford en Star Wars. Episodio VII: El despertar de la Fuerza.

Está claro que El despertar de la Fuerza sigue el ejemplo de Una nueva esperanza (el cuarto episodio, aunque la primera entrega en estrenarse), incluida la magistral banda sonora de John Williams. De hecho, muchas situaciones y giros recuerdan mucho muchísimo al episodio IV. Eso sí, con sangre fresca: aciertos para los papeles de los nuevos protagonistas: Rey (Daisy Ridley), Finn (John Boyega) y, en segundo plano, Poe (Oscar Isaac) y Maz Kanata (Lupita Nyong'o). Y también para el nuevo robot adorable: BB-8.

 
Se cumplió mi pronóstico: mientras muchos se alarmaron porque Disney se hizo con los derechos de la saga, yo confiaba en que, después de las críticas negativas hacia las precuelas, no iban a arriesgarse a enfurecer de nuevo a los seguidores de Star Wars. El largometraje que firma J.J. Abrams es más que solvente, entretenido y visualmente impecable. Provoca emoción y es digno de pertenecer a este altar particular de los seguidores galácticos. Trae ilusión, que de eso se trata. 

Star Wars. Episodio VII: El despertar de la Fuerza (EE.UU., 2015). Título original: Star Wars. Episode VII: The Force Awakens. Dir.: J.J. Abrams. Int.: Daisy Ridley, John Boyega, Harrison Ford, Adam Driver.

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