"Los animales matan por necesidad, no como las personas"
El olor del crimen, del sexo y de la venganza inundan La noche se llama Olalla (Siruela, 2013), la segunda novela de la serie policiaca que Jesús Ferrero (Zamora, 1952) inició con la detective Ágata Blanc en El beso de la sirena negra. El autor, al que le gustaría abordar la corrupción en sus próximos libros, reflexiona para el blog Una historia en mi nevera sobre la maldad y el derecho que el justiciero se atribuye para matar.
¿Por qué se ha decidido a entrar en la novela negra?
Mi tercera novela, Lady Pepa, es ya una novela negra de doble dimensión y El efecto Doppler también. Mis flirteos con el género vienen de lejos.
¿Ha sido fácil meterse en la piel de la detective Ágata Blanc?
No, pero me concedí tiempo para hacerlo. Fui acercándome a ella poco a poco.
¿Y en la de Olalla? Los pasajes de su diario están llenos de sentimientos y reflexiones.
En Olalla me costó menos meterme. Llegué a ver su alma como un territorio bastante transparente.
Ninguno de sus personajes sale enteramente limpio de la novela, todos cometen en algún momento actos de dudosa ética o legalidad. ¿Es fácil separar la justicia de la venganza?
En el momento en que la venganza se está llevando a cabo es difícil separar esa pulsión de la idea de justicia. El vengador piensa que está ejecutando la justicia que le niega el sistema mismo de la justicia.
"Salvo los crímenes compulsivos e inmediatos, todo asesinato es primero un asesinato mental", escribe en la novela. ¿En el proceso de escritura ha comprendido qué puede llevar a las personas a matar o a pensar en matar?
Es más bien el proceso del pensamiento, que no tiene por qué pasar por la escritura. Uno examina el mundo que le rodea y comprende cosas que antes no comprendía. Todo saber acerca del bien y del mal se adquiere con la experiencia misma de la vida, y solo más tarde se puede convertir en escritura.
¿De dónde cree que nace la maldad humana?
El bien y el mal no son conceptos inmóviles y absolutos. Lo que hoy se entiende por bueno ayer pudo ser entendido por malo y hasta por muy malo. Y respecto a la maldad vinculada al hecho de matar, ahora mismo muchos etólogos creen que la idea de matar procede de la cultura más que de la naturaleza, ya que los animales matan solo por necesidad y empleando la violencia con mucha precisión y mucha economía. Lo contrario que nosotros.
La novela tiene bastantes escenas con carga sensual y sexual, ¿está lo erótico de moda?
En mis novelas solo recurro al erotismo (un erotismo de insinuaciones más que de evidencias) cuando lo veo necesario, cuando creo que los personajes han de entrar en la dimensión de eros, porque les toca. No sé si el erotismo está de moda. No pensé en la moda cuando escribí esas escenas.
Su autor favorito del género negro es...
Patricia Higshsmith.
¿Piensa ya en el próximo caso de Ágata Blanc? ¿De qué tratará?
Me gustaría abordar el tema de la corrupción vinculado al de la iniciación en la vida.
En la novela describe un Madrid inmerso en la crisis económica, ¿percibe, como dicen las noticias, que la situación esté mejorando?
Los cambios resultan tan insignificantes que parecen una burla.
Según Olalla, "el que traiciona sus sueños puede morir de insomnio". ¿Usted duerme bien?
Sí.
Gracias por leer esta entrevista. ¿Has leído alguna de las novelas de Jesús Ferrero? Puedes dejar tus comentarios más abajo o en mi cuenta de Twitter: @jescolart.
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