El fascinante planeta del océano que piensa
Si hay algo que me gusta de la ciencia ficción es la habilidad de mostrar otros mundos que sobrecojan por el mero hecho de existir, sentir el vértigo del momento en el que el ser humano pisa por primera vez otro planeta. Esto es lo que he experimentado con Solaris, la novela de Stanislaw Lem que comienza cuando el psicólogo Kris Kelvin llega a la estación espacial suspendida sobre Solaris, un planeta cubierto por un océano al que se atribuye inteligencia.