viernes, 25 de agosto de 2017

'La isla del fin de la suerte' | Lorenzo Silva | novela

Un crimen resuelto de forma democrática


El escritor madrileño Lorenzo Silva debe gran parte de sus lectores a la saga detectivesca de los investigadores Bevilacqua y Chamorro. Aunque no está protagonizada por ellos, La isla del fin de la suerte también es una historia de misterio donde hay un asesinato y alguien que, con más o menos pericia, indaga en el suceso. Aparte de esos elementos tradicionales, cuenta con una particularidad: el desarrollo de la trama lo ha decidido el público.

Tal y como explica el autor en el prólogo, el proyecto de La isla del fin de la suerte fue concebido junto con Círculo de Lectores y el método de trabajo era el siguiente: Lorenzo Silva escribía un capítulo, lo publicaba en internet y al final ofrecía tres opciones para continuar el relato. En ese momento, el público votaba y la alternativa que obtenía la mayoría era la que debía tomar Silva para proseguir con la historia.

El resultado es una divertida novela cuyo punto de partida recuerda a Diez negritos, una de las obras policíacas más conocidas de Agatha Christie. Un grupo de personas que no se conocen entre sí son invitadas por el millonario Bruno Pezzi a disfrutar unas pequeñas vacaciones en una isla del mar Báltico. Como es de esperar, la estancia no resulta tan relajante como pensaban, ya que una muerte enturbia el ambiente. ¿Quién es la víctima? Su identidad se conoce al final del primer capítulo gracias al veredicto de los internautas que participaron en esta aventura literaria.

Por La isla del fin de la suerte transitan individuos con personalidades variopintas que añaden dosis de humor al relato. Desde escritores no tan valientes como los personajes de sus novelas hasta modelos tan bellas como impertinentes, pasando por expertos en arte y toda una galería de notables adinerados. Y, cómo no, el improvisado detective: Ismael, antihéroe, sobrino de Pezzi e investigador a su pesar, elegido democráticamente por los visitantes de la isla en un guiño al propio sistema sufragista de escritura del libro.

Esta edición cuenta con notas al pie y anexos en los que se detallan las diferentes propuestas que se pusieron a disposición de los internautas para terminar cada capítulo y los finales alternativos. De esta forma, además de disfrutar con las sospechas y los palos de ciego que da Ismael en sus pesquisas, el lector puede jugar decidiendo cuáles son sus opciones preferidas. Aunque la historia ya esté publicada y sea invariable, es de agradecer que se nos permita imaginar cómo nos hubiera gustado continuar cada episodio en esta iniciativa novelística de Lorenzo Silva.

La isla del fin de la suerte (2001), de Lorenzo Silva. Páginas: 234. Yo he leído la edición de Booket.

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