miércoles, 23 de marzo de 2016

'Inland Empire' | David Lynch

Angustia y desubicación espacio-temporal


Me gusta el cine que hace David Lynch y por eso no odio Inland Empire. Pero tampoco la amo (o sí pero no de forma incondicional, porque para ver sus casi tres horas de metraje algo de amor debe existir). Quien conozca la trayectoria del cineasta estadounidense ya sabrá que sus películas son inusuales y que el sentido que el espectador va encontrando según las ve puede voltearse de pronto y revolverse contra él. Pues bien: en Inland Empire estos rasgos se multiplican por mucho.


Laura Dern en Inland Empire.

El inicio de la película sitúa a Nikki Grace (interpretada por Laura Dern), una actriz casada y con una vida cómoda, aceptando un papel protagonista en una película maldita que quiere rodar Kingsley Stewart (Jeremy Irons). Ese filme incluye una historia de amor entre el personaje de Nikki y el de Devon Berk (Justin Theorux). El problema comienza cuando ambos actores parecen llevar ese romance ficticio a la vida real. Infidelidad conyugal, vaya.

Hasta este momento todo sigue un orden más o menos convencional. A partir de aquí, olvidémonos de toda lógica expresa porque Inland Empire se convierte en una sucesión de planos oníricos, personajes raros, escenas en polaco, conejos en un show con risas enlatadas (repito: a Lynch lo odias o lo amas) y primerísimos primeros planos de Laura Dern angustiada. Porque si algo transmite Inland Empire es angustia. Angustia por el papelón sufrido-enloquecido de Laura Dern y también por no terminar de encontrar un hilo racional del que tirar para entender lo que se muestra en pantalla. Por eso lo mejor es dejarse llevar, ya habrá tiempo de pensar.


Los conejos televisivos de Inland Empire.

Inland Empire es Laura Dern. Todo el peso de la película de David Lynch recae en su personaje, en sus dificultades para separar la vida real de la ficción que está rodando, en la enajenación o trasposición sobrevenida por meterse demasiado en el papel. Laura Dern desdoblada en casi tres horas de confusión narrativa, de destrucción de barreras espacio-temporales y de superposición de diferentes planos de realidad.

 
Sobre esta obra de Lynch hay muchas teorías y explicaciones en internet. Es posible comprender o hacerse una idea de lo que ocurre, pero la forma en la que David Lynch presenta las piezas es deliberadamente críptica. Y aun así, Inland Empire me gusta y me atrae lo suficiente como para haberla visto varias veces. Tiene magnetismo, sus imágenes son poderosas. Está llena de encuadres inquietantes y hermosos. Reina la extrañeza como también el deseo de encontrarle un sentido, de profundizar en el túnel dentro del túnel en el que se mete la película.

Inland Empire (EE.UU.-Francia-Polonia, 2006). Dir.: David Lynch. Int.: Laura Dern, Justin Theroux, Jeremy Irons, Karolina Gruszka.

¿Te gusta el cine de David Lynch? ¿Qué te parece Inland Empire? Deja tus comentarios aquí abajo o en Twitter: @jescolart ¡Gracias por leer la reseña y compartir!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejar tu comentario.